La Mochera

Identidad

En el corazón del altiplano andino, entre 3000 – 5000 metros de altitud viven nuestras hermosas y heroínas mujeres artesanas, la vida allí es extremadamente bella, pero a la vez dura. Esta región separa la parte occidental y oriental del país en consecuencia toda la cordillera esta azotada por vientos helados y a la vez alberga vastos prados, volcanes y lagos. En esta situación nuestros antepasados se vieron en la necesidad de protegerse de las inclemencias del clima para afrontar las largas noches de invierno, y fue así como empezó lo que más tarde ha pasado a ser un icono de la cultura Aimara, sus mantas-frazadas.

Siguiendo un proceso ancestral y transmitido de generación en generación, nuestras mujeres tejen sin descanso, en cualquier momento del día (mientras cuidan sus niños, mientras cuidan sus ganados, atienden la casa etc.) nuestras maravillosas frazadas. Estas en consecuencia están Hechas totalmente a mano de lana de oveja. Siendo esta una de sus características principales. 

Una vez obtenida la lana, la lavan con un detergente natural y lo dejan secar al sol, posteriormente van formando el hilo y reforzando la lana con un instrumento que q se denomina pushka, (nombre en quechua) una vez que se tiene la lana a punto, lo introducen en ollas de barro con agua hirviendo con sus tintes naturales seleccionados para así tener el color deseado, tras dejarlo en remojo lo sacan y lo vuelven a lavar y una vez seco ya estaría listo para empezar a trabajar.

La otra característica inconfundible de sus frazadas es la diversidad de colores y los diseños que las forman. En particular esta variedad de colores se obtiene a partir de tintes naturales (procesando de forma manual diferentes tipos de plantas, fruta, minerales), son tejidas en telares de madera que van atados a la cintura, las tejedoras «se amarran al árbol desde su centro como quien se conecta a través de un cordón umbilical a esa memoria ancestral…», sus diseños y colores tienen todo un significado propio y a través de ellas las mujeres que la tejen cuentan historias, las suyas, sirviendo de inspiración todo lo que le da la madre tierra. Aproximadamente se tardan un mes en tejer una frazada No hay una igual que otro ya que al estar hechas a mano es imposible replicar las mismas mantas.

En cada obra, el artista ancla la identidad de su pueblo y nos la entrega consensada en una pieza única, lista para ser conservada y admirada.

Deseo poder llegar al corazón de todos ustedes, que se enamoren de mi cultura y mostrarles que las cosas hechas a mano son piezas invaluables.

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